Me encuentro casi por casualidad frente a la pantalla con esta tremenda historia, que se desarrolla en París, con gente de París, pero que podría haber sucedido en cualquier parte, salvo por la posibilidad de escuchar los diálogos con ese acento que embriaga a cada cuadro de la película.

La historia se desarrolla como un rompecabezas donde cada personaje es una pieza perfecta para llevarnos de la mano desde el sentimiento insoportable hacia "Paloma" hasta la emoción del enamoramiento completo por cada uno de ellos. Incluso los personajes que deambulan alrededor de los tres protagonistas aportan desde su propio ridículo y espejean algunas caras de nuestro día a día. Las imágenes son las necesarias con los colores necesarios. La música que pasa casi desapercibida es la compañía justa para que pasen esos días también desapercibidos.

Una historia que pese a hablar durante toda la película de la muerte, lo que mejor logra es hablar sobre la vida.

Me atrevo a recomendar verla sin cinturón de seguridad.